Historia de la Tipografía
Desde el punto de vista de la historia del libro tal y como hoy lo conocemos, carece de sentido dedicarnos al estudio de la escritura en antiguas civilizaciones. Desde el primer escrito conocido (año 3.000 a.c, Mesopotamia) hasta la llegada de los griegos y romanos, hay muchos siglos de pequeños avances y distintas escrituras, sin olvidarnos de épocas más remotas como las figuras humanas representadas por el Homo Sapiens en el Paleolítico Superior. Comenzaremos pues, en Grecia y Roma
La escritura en Grecia y Roma
La escritura en el continente europeo no fue conocida hasta el siglo IX a. C., a pesar de que probablemente en Creta ya conocieran anteriormente los sistemas de escritura egipcio y mesopotámico. La cultura griega se escribió y transmitió también en rollos de papiro. Fue precisamente en Grecia donde el libro adquirió por primera vez su verdadera dimensión, debido principalmente a la aparición de la escritura alfabética, procedente de los fenicios, que facilitaba en gran medida la técnica de escribir, y a la democracia griega, sistema político inédito hasta el momento que permitía a cualquier ciudadano libre que supiera leer y escribir participar en el gobierno.
Las tablillas enceradas:
Las tablillas recubiertas de cera sirvieron en Grecia y Roma sobre todo para fines literarios (como borradores). La importancia radica en que su forma y disposición inspiraron los códices medievales. Las había de una sóla hoja y con un asa para colgarlas, pero generalmente eran dos (duplex o díptico), tres (codex triplex o tríptico), cinco o incluso más. La ventaja de poder borrarse explicaría su uso tan frecuente. De esta época se han encontrado varias como las descubiertas en las minas de oro de Alburnus Maior Vicus Pirustarum, en Transilvania o en la casa del banquero Lucius Caecilius Lucundus en Pompeya.El papiro:
El papel de papiro se extraía de dicha planta una vez prensada y secada al sol. Las hojas se cortaban en tiras, las cuales se pegaban unas a otras de izquierda a derecha y por el lado más ancho obteniendo el rollo o volumen. Un trozo de pergamino se unia al rollo y solía llevar escrito en tinta roja el título de la obra. La persona que la leía, la sujetaba con la mano derecha y la desenrollaba con la izquierda.
El Pergamino:
Se fabricaba con pieles de distintos animales como el carnero, la cabra o la ternera. La historia atribuye la creación de este material a los bibliotecarios de Pérgamo, ya que aquí existía una biblioteca rival de la Biblioteca de Alejandría. Según cuenta Plinio el Viejo, Tolomeo v Epífanes, Rey de Egipto (203-181 a.c.) prohibió la exportación del papiro para dificultar la expansión de la Biblioteca de Pérgamo y los habitantes de esta ciudad se vieron obligados a buscar nuevos materiales, y comenzaron a escribir los libros sobre un material hecho a partir de las pieles de animales. El pergamino presentaba ciertas ventajas sobre el papiro, ya que se podía escribir en ambos lados, borrar y rescribir
La tinta:
L La tinta que se utilizaba era de composición similar a la egipcia, se mezclaban goma o resina y hollín, y se escribía con cálamo, una especie de caña de punta afilada que se utilizaba a modo de pluma. Se afilaba con piedra pómez o de afilar (cos). Para borrar lo escrito se empleaba una esponja en el caso del papiro o un raspador en el caso del pergamino.
En el caso de la tinta negra, la composición según Dioscórides era 75 partes de negro de humo y 25 partes de goma.
La escritura Griega:
El alfabeto griego toma esta denominación del nombre de las dos primeras letras de la escritura griega. Antes, los fenicios habían dado nombre a sus letras, según el objeto que representaban: 'alfa' procede del nombre fenicio 'aleph' y 'beta' procede del nombre 'beth' .
Los griegos perfeccionaron el alfabeto fenicio, añadiendo signos para las vocales. Así en el siglo IV, los griegos poseían un alfabeto formado por 24 letras (7 vocales y 17 consonantes).
La escritura monumental conservó las formas clásicas, mientras el uso del papiro hizo evolucionar rápidamente la escritura corriente. Así, en los manuscritos la escritura griega era generalizado el uso de la uncial, no dándose la minúscula hasta el siglo XI. La uncial más antigua se conoce como "cuadrada" o "redonda" mientras que poco a poco, esta uncial antigua se fue transformando hasat llegar a la "nueva uncial" aproximadamente en el siglo VI.
En cuanto a la forma de escribir, los griegos en época clásica generalizaron la costumbre de escribir de izquierda a derecha, a diferencia del fenicio, que, como todas las lenguas semíticas, preferían la escritura de derecha a izquierda, como el árabe actual. Eso sí, curiosamente al hacer esto, hemos heredado la costumbre de escribir los números al contrario que el orden natural (o sea, de mayor a menor en lugar de menor a mayor).
La escritura Latina:
A ntes del comienzo del Imperio Romano, todo el sur de Italia eran colonias griegas. Su cultura y por ende, su escritura transmitida a los pueblos itálicos habría dado origen a los alfabetos estrusco y latino. Al comienzo de nuestra era, en el siglo I a. C. y d. C, se practicaba en Roma una escritura llamada "capital clásica" caracterizada por ser en mayúscula y de trazos regulares. Son letras aisladas y sin ligaduras. Junto a ella, nos encontramos la "común clásica", también mayúscula pero más ligera y uniforme que la anterior, lo que facilitaba la escritura. Esta escritura nos es conocida por los graffitis encontrados al resutaurar algunos edificios (como recientemente la Catedral de Sevilla) o las tablillas de cera que antes mencionamos.
Tras esta, en los siglos II y III de la era cristina, la escritura latina cambió radicalmente encontrándonos con la "nueva escritura común" o "cursiva nueva romana" y la "uncial".
La cursiva romana nueva:
La primera de ellas, se desarrolló a partir de la cursiva romana antigua, aunque las nuevas tesis manifiestan que esto no es así, siendo una escritura totalmente distinta. Se usó desde el siglo III hasta el siglo VII aproximadamente. Es vertical al principio inclinándose progresivamente a la derecha. Predominan las curvas y las ligaduras. El tamaño de las letras es más proporcionado respecto de las otras en lugar de variar tanto como la versión anterior y están más alineadas en la base del reglón. Esta nueva escritura romana está considerada como la madre o raiz de todas las escrituras latinas y neolatinas europeas desde el siglo IV d.C. hasta nuestros dias.
La Uncial:
P or lo que respecta a la uncial, existen discrepancias en cuanto a la etimología de esta palabra. Para alguno estudiosos del lenguaje, el término alude a la medida de una onza (equivalente a la doceava parte de un pie). Mientras que para otros, la palabra se refiere a la cantidad de oro que se necesitaba para trazar estas letras
En cuanto a sus características, se trata de letras mayúsculas de aspecto circular, grande y expansivo. Se las conoce como la escritura monástica por excelencia. Son redondas, sin ornamentos excesivos, curvas suaves y con volumen. Así, la escritura Uncial fue la preferida para los manuscritos de lujo y los libros sagrados, y se impuso desde el siglo IV en la transcripción de todo aquello que tuviera cierta importancia. Las Unciales se trazan con un ángulo de inclinación de la pluma que puede variar entre 0º y 20º, y el cuerpo de las letras es de tres a cinco veces el ancho de la pluma utilizada. Tiene un fuerte contraste entre los trazos finos y gruesos.
Además, se distinguen de sus antecesoras por la prolongación de las letras fuera de la caja de reglón. Puede considerarse como una escritura de transición entre las mayúsculas y minúsculas, aunque es fundamentalmente mayúscula, no lo olvidemos, aunque sin la obligatoriedad de hacer todas las letras de la misma altura como en el caso de las capitales.
Bibliografía:
Jesús Muñoz y Rivero, Manual de paleografía diplomática española de los siglos XII al XVII, 1817
Agustín Millares Carlo, Introducción a la historia del libro y las bibliotecas, Mexico 1971
Web: Unos tipos duros (www.unostiposduros.com)
Lewis Blackwell, Tipografía del siglo XX: Remix, Gustavo Gili, Barcelona, 1998
Web:catarina.udlap.mx
Roland barthes, Historia de la escritura, Editorial: Paidos 2007
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