facebook twitter

Historia del libro español: Los siglos XV y XVI




PARTE II: LOS SIGLOS XV Y XVI.

Introducción

Manuscritos en los siglos XV y XVI

Primeros pasos de la imprenta

Los Incunables

El siglo XVI


El siglo XVI


El término post incunable es algo más difuso. Se llama así a los libros publicados a principios del siglo XV que erróneamente se clasificaron por falta de datos como incunables. No obstante, este término es muy laxo y es normal calificar como post incunable a una obra editada en 1510 o 1515.

En este siglo, España está en una posición retrasada en cuanto a sus vecinos europeos. Potencia militar de primer orden, no es así en el terreno cultural. Cuenta nuestro país por ejemplo con un reducidísimo número de talleres tipográficos cuando sólo Venecia tenía alrededor de 150. Una ciudad como Matriti (Madrid) no tuvo taller hasta 1556. Al final de siglo llegó a la decena

En ausencia de talleres de proyección internacional, no es de extrañar que muchos libros en castellano fueran publicados en otros países como Holanda, que ya formaba parte del imperio español. en Amberes, Basilea o Lyon vieron luz muchos de los libros antiguos de esta época que se encuentran en nuestras bibliotecas. 'España es un imperio con pies de barro'. El mercado interior era paupérrimo; se limitaba a obras religiosas, literatura de entretenimiento, gramática, recopilaciones de leyes o historia. Además no fue ajena al decaimiento de la producción que hubo tras la explosión inicial. Venecia, a finales de siglo no contaba con más de 40 talleres.

En Sevilla, tenemos en los Cromeberg sus impresores más representativos y fueron los que enviaron una prensa a México fundando en 1539 la primera imprenta americana. Entre sus obras se encuentra La Celestina (1528), Subida del Monte Sion (1535) o la Crónica del Cid (1525) o del sancto rey Don Fernando (1526). Toledo, ciudad venida a menos se especializó en obras populares en castellano: libros de Caballeria o de devoción.


biblioteca de salamanca

Salamanca, junto a Sevilla fueron los centros de producción más importantes de la península. Ciudad universitaria por excelencia y gran centro impresor donde nacieron la mayoría de los libros antiguos del siglo XVI:Hans Gysser, Juan de Porras, Alonso de Porras, Rodrigo de Castañeda y un largo etcétera colocaron a esta ciudad en primera línea de la cultura europea. Más al norte, Burgos, Medina del Campo (con dos ferias anuales dedicadas al mundo del libro antiguo), Valladolid, Valencia, Zaragoza y Barcelona fueron centros muy importantes.


No podríamos dedicar unas líneas a una obra tan magnífica y ejemplar salida del taller de Arano Guillén de Brocar en Alcalá de Henares, que fue la Biblia poliglota complutense, obra y empeño personal del cardenal Francisco de Cisnernos. Incluye las primeras ediciones del Nuevo Testamento en griego, la Septuaginta y elTargum Onkelos. De las 600 copias publicadas, sólo se sabe de la supervivencia de 123.


La Biblia Políglota Complutense

biblia complutense

El cardenal Cisneros compró muchos manuscritos e invitó a los mejores teólogos de la época para trabajar sobre la ambiciosa tarea de compilar una enorme y completa Biblia políglota para «reavivar el decaído estudio de las Sagradas Escrituras». Los estudiosos se encontraron en Alcalá de Henares en la universidad fundada por Cisneros, la Complutense. Los trabajos comenzaron en 1502 bajo la dirección de Diego López de Zúñiga y se continuaron durante 15 años.

Cisneros aspiraba a lograr una Biblia políglota, o plurilingüe, que contara con el mejor texto hebreo, griego y latín, incluidas algunas partes en arameo. Dado que el arte de la impresión se hallaba en sus inicios, marcaría un hito en su historia la consecución de esta empresa. El Nuevo Testamento se publicó en 1514 y el Antiguo Testamento en 1517. Se publicó en 1520, 3 años después de la muerte del Cardenal. Se gastó una auténtica fortuna, más de 50.000 escudos de la época. Fue un magnífico colofón al movimiento renacentista español. Jamás el libro ha estado en manos más cultas que durante este siglo: Sus autores, fueron normalmente sus editores e impresores y por tanto los trataron con un cariño difícil de encontrar en los siglos venideros.

Leed mucho, pero no muchas cosas.
Plinio El Joven.

bullet hover email hover menu arrow