Los manuscritos en los siglos XV y XVI
Tal como ocurrió en el resto de Europa, la invención de la imprenta no acabó con los manuscritos. De hecho, algunos de los manuscritos más bellos se hicieron en esta época. Europa entera vive una revolución cultural sin precedentes y el mundo del libro no es ajeno a ello. Se multiplican la realización de códices, con gran contenido artístico que adquiere incluso más importancia que el textual -como ya pasó anteriormente con los Beatos por ejemplo-. Hay demanda por parte de reyes, de nobles, del clero, de burgueses enriquecidos y como no, de las universidades. No obstante en España, el libro religioso sigue siendo el más demandado. Como ejemplo de códice de esta época nos encontramos con el Misal rico de Cisneros en 7 volúmenes, que actualmente se encuentra en la Biblioteca Nacional de España y que puede ser consultado en http://www.coleccioncisneros.org/es/publications/libros/misal-rico-de-cisneros/
Aunque ya estaban casi todos realizados en papel, se pueden encontrar fácilmente códices en pergamino como la Suma de Cosmografía de Pedro de Medina Muy habituales en esta época y a veces, de gran belleza son las executorias de hidalguía. Al entrar en vigencia el estatuto de limpieza de sangre se copianlas pruebas demostrativas de la nobleza del solicitante, normalmente con una o varias páginas iluminadas. Es fácil encontrar alguna de ellas en algún librero de viejo o subasta. Importantes centros de producción fueron Sevilla, Salamanca y sobre todo Toledo, donde apareció a principios del XVI una escuela de copistas e iluminadores que llegó a alcanzar gran renombre, de donde salío el Misal rico de Cisneros anteriormente mencionado o el Misal del Infantado.
Quizás el usar el término 'escuela' puede llevarnos a equívocos. Tal y como ocurrió anteriormente con la escuela de traductores de Toledo, no podemos pensar en lugares donde los iluminadores o copiadores aprendían su profesión. Maś bien al contrario, solían ser personas con experiencia que trabajaban particularmente en su casa donde hacían los trabajos que se les encargaban. El libro de horas y el Breviario de Carlos V pertenecen a esta escuela, como también el Libro de Horas de Isabel de Portugal.
Un Libro de horas es uno de los más comunes manuscritos iluminados de la Edad Media, aunque de menor calado en la península. Cada libro de horas es único, debido a que es un manuscrito elaborado en exclusiva para una persona en concreto (generalmente de la nobleza), con rezos, salmos, o juegos para cada semana del año así como abundantes iluminaciones, todo ello haciendo siempre referencia a la devoción cristiana.