Colocarlas en cajas en posición horizontal en lugar de vertical para evitar aguantar su propio peso en una superficie mínima.
En lo posible, intentar guardarlas en carpetas.
Los recortes de periódico son muy ácidos por lo que no deben mezclarse con otros documentos o acabarán manchándolos.
Si están doblados hay que evitar abrirlos repetidamente para doblarlos de nuevo. Acabarán rompiéndose.
Grapas, alfileres, sujetapapeles deben retirarse o con el tiempo, mancharán el papel.
Deben evitarse los envoltorios de plástico pues con el tiempo emanan gases nocivos.
Libros antiguos:
Siempre colocados en vertical y nunca inclinados.
No deben estar apretados en exceso.
Nunca retirar el libro por la cabeza. Para extraer un libro, empujar los dos contiguos hacia adentro agarrándolo por la mitad de su lomo y las tapas.
Las encuadernaciones de tela o papel no deben estar al lado de las de piel pues éstas tienen ácidos que podrían mancharlas.
Los volúmenes de gran tamaño y peso (folio mayor por ejemplo) en lo posible deberían estar en posición horizontal. Con el tiempo, su propio peso acabará rasgando la encuadernación, sobre todo si los retiramos para limpiarlo u ojearlo.
Nunca un libro debe sobresalir de la estantería.
Aunque no sea nada vistoso, en el caso de libros de enorme valor deberíamos plantearnos el guardarlos en cajas.
Consejos generales:
Evitar la luz solar y en lo posible, la artificial iluminando la biblioteca de manera tenue.
Limpiar el polvo de los libros siguiendo una secuencia lógica, de la estantería superior a la inferior. Usar para ello un cepillo o brocha suave. Nunca está de sobra, pasar la aspiradora.
El tabaco, es otro elemento importante que debe ser evitado.
Cuidar la temperatura y la humedad como ya antes se ha indicado