La toma de Constantinopla por los turcos.
“Aleo e poli!, Aleo e poli!” (¡la ciudad está perdida!) es la frase que gritaban los habitantos de la milenaria Constantinopla una mañana del 29 de mayo de 1453.
Efectivamente, tras 8 semanas de un durísimo y sanginario asedio la ciudad cae y la posterior matanza dura tres días y tres noches.
Cientos de miles de manuscritos ardieron con la ciudad. Otros muchos se desperdigaron por el continente europeo. Algunos libreros, sobre todo venecianos, hicieron un gran negocio y los carros los transportaban por miles a través de toda Asia y Europa.