Charles Pierre Baudelaire
Charles Pierre Baudelaire (9 de abril de 1821 - 31 de agosto de 1867) fue un poeta, crítico de arte y traductor francés. Fue llamado poeta maldito, debido a su vida de bohemia y excesos, y a la visión del mal que impregna su obra.
Cuenta González Ruano en su libro "Baudelaire" que éste, tan solitario en su lujuria, es para muchos sospechoso de virginidad. Algunos amigos reciben la confidencia desconcertante de mujeres que han conocido íntimamente a Baudelaire, que el poeta "no las usa". A más de un indiscreto que le pregunta el motivo, él responde con frases como ésta:
"¡Ah, son muy aburridas, la de anoche tenía los senos donde la de antenoche: en el pecho, ¡Qué falta de imaginación!".
El primer mapa conocido
El primer mapa que se conoce está sobre una pared del asentamiento de Tmtal Hüyük en la región meridional de Turquía, data del año 6200 a.C. Fue dibujado tres mil años antes de que el hombre desarrollara la escritura
Poggio Bracciolini
Poggio Bracciolini, uno de los más famosos bibliófilos de su época, justificaba su aparente robo de otra biblioteca monástica afirmando que los libros "no estaban guardados de acuerdo a su valor, sino que yacían en un desván sumamente lúgubre y óscuro [...] un lugar en el que dificilmente habrían sido arrojados los delincuentes condenados"
El Copiale Cipher El Copiale cipher es manuscricto cifrado consistente en 75,000 caracteres y 105 páginas en un volumen, encontrado en la Academia Alemana de Ciencias en Berlín. Datado entre 1760 y 1780, salió a la luz pública en 2011 cuando se develó el secreto. El manuscrito incluye símbolos abstractos, del alfabeto griego y del alfabeto latino. El único texto plano en el libro es el "Copiales 3" al final y "Philipp 1866" en una hoja. Philipp es el probable dueño del manuscrito.
En abril de 2011, fue decodificado con la ayuda de una moderna técnica computacional por Kevin Knight de la Universidad del Sur de California, con la ayuda de Beáta Megyesi y Christiane Schaefer de la Universidad de Uppsala en Suecia. Descubrieron que se trataba de una complejo cifrado por sustitución.
Algunas letras fueron codificadas por letras latinas, griegas y símbolos, siendo que los caracteres latinos únicamente rellenaban espacios. Los investigadores encontraron que las primeras 16 páginas describen un rito de iniciación de una extraña sociedad secreta al parecer aficionada a la cirujía oftalmológica. El documento describe un rito de iniciación en el cual el candidate se le pide leer una hoja en blanco y ante la imposibilidad de hacerlo se le pide hacerlo con unos anteojos y ante la nueva imposibilidad se les lavan los ojos con un paño y se le retira un pelo de la ceja.
Los mapas secretos
Durante muchos siglos, los mapas han sido secreto de Estado. Así, el emperador Romano Augusto había elegido las bóvedas más profundas de su palacio para guardar la cartografía del imperio. Conocemos que un capitán cartaginés prefirió hundir su barco y ahogar a toda la tripulación antes de que sus cartas marinas cayeran en poder de Roma. Los mapas dibujados por Ortelius y otros cartógrafos para el Reino de España se guardaban en una caja fuerte, cerrada por dos candados y dos llaves: una en poder del piloto mayor; la otra, en manos del cosmógrafo mayor. El rey portugués Enrique El Navegante había decretado la pena de muerte para todo aquél que enviara un mapa al extranjero. El control de los mapas era el control de las rutas de comercio y navegación.
La isla de los mapas perdidos
El libro La isla de los mapas perdidos (Debate, 2000), de Miles Harvey, relata las peripecias del anticuario Gilbert Bland Jr., que dedicó parte de su vida al robo de decenas de valiosos mapas de las más importantes bibliotecas de investigación de Estados Unidos y Cánada.
Gilbert Bland resultó ser un pertinaz ladrón de mapas. Bautizado "Al Capone de la cartografía", sus desmanes fueron documentados en La isla de los mapas perdidos (Debate, 2000).
Bajo el nombre de "Antique Map & Collectibles" había abierto un local en el sur de Florida donde ofrecía el material robado. Cuando cayó en manos de la policía se le confiscaron 250 mapas.
Gustave Flaubert y Madame Bovary
La obra maestra de Gustave Flaubert, Madame Bovary, una historia de amor brutal que trataba sobre el adulterio, fue condenada como pornográfica cuando se publicó por entregas en un periódico en 1856, y Flaubert fue acusado de ofender la moral pública y la religión. El libro fue censurado pero el autor absuelto. A pesar de su enorme éxito, Flaubert dijo que deseaba tener bastante dinero como para comprar cada ejemplar, “arrojarlos todos al fuego y no volver a oír hablar del libro jamás”.
Jean Victor Poncelet Jean Victor Poncelet sirvió como teniente de ingenieros en el ejército de Napoleón, y fue gravemente herido y dado por muerto en la campaña de Rusia. De algún modo, logró sobrevivir; fue capturado por los rusos, que le obligaron a caminar durante cuatro meses de invierno hasta la prisión. Así entre 1813 y 1814 estuvo retenido en la prisión de Saratof.. Mientras estuvo encarcelado, durante un año y medio, meditó respecto a la geometría. Su libro Sobre geometría proyectiva es considerado la base de la geometría moderna.En ambientes matemáticos se oye decir con frecuencia que la geometría proyectiva moderna nació en la prisión de Saratoff.
Al volver a Francia, aprovechando los pocos ratos libres que le dejaban sus funciones como ingeniero militar, se dedicó a poner por escrito y dar a conocer sus descubrimientos. En 1831 fue elegido miembro de la Academia de Ciencias, para ocupar el sillón que el fallecimiento de Laplace había dejado vacante, aunque por razones políticas tardó en aceptar el ofrecimiento. Murió en 1867.
Francesco Colonna
El extraordinario Hypnerotomachia Poliphili es una obra anónima de la que con seguridad no se conoce su autor. Sin embargo, el traductor al francés de una edición del siglo XVI cayó en la cuenta que las iniciales decoradas de cada uno de sus treinta y ocho capítulos crean el acróstico “POLIAM FRATER FRANCISCUS COLONNA PERAMAVIT” (El Hermano Francesco Colonna ama desesperadamente a Polia). Desde entonces, se considera autor de esta obra erótica (casi pornográfica) a este monje del monasterio de Treviso.
Herman Melville
Herman Melville fue un novelista americano y una de las principales figuras de la historia de la literatura, Melville nació en Nueva York el 1 de agosto de 1819. A los diecinueve años, descartando la posibilidad de ir a la universidad, comenzó a embarcarse en viajes que inspiraron sus obras, pasando algún tiempo en las islas del Pacífico.
De regreso a Estados Unidos trabajó como profesor y en 1841 viajó a los Mares del Sur a bordo del ballenero Acushnet. Tras 18 meses de travesía abandonó el barco en las Islas Marquesas y vivió un mes entre los caníbales. Escapó en un mercante australiano y desembarcó en Papeete (Tahití), donde pasó algún tiempo en prisión, antes de regresar a su hogar en 1844.
Herman Melville no destacó como figura literaria hasta mucho después de su muerte, en 1891. Se había desilusionado tanto por el fracaso comercial de Moby Dick (1851) y otra novelas, que renunció a la pluma y se convirtió en un oscuro empleado en la administración de aduanas de Nueva York. Su Bill Budd ni siquiera fue publicado antes de 1924.
Como curiosidad, el discjockey neoyorquino conocido como Moby es bisnieto de este autor; como homenaje a su bisabuelo, se apodó Moby en referencia a la famosa ballena.
El nacimiento de una nación Cuando D. W. Griffith produjo su película El nacimiento de una nación, se inspiró en el libro The Klansman, de Thomas Dixon, como base para el guión. Acordó pagar a Dixon 10,000 dólares por los derechos, pero se quedó sin dinero y sólo pudo pagarle 2,500 por la opción original. Por el resto, ofreció a Dixon un interés del 25 por ciento sobre las ganancias de la película. Dixon aceptó de mala gana. Al final, sus ingresos se convirtieron en la suma más grande que ha recibido jamás algún escritor por una historia para el cine: varios millones de dólares.
Lewis Carroll
Lewis Carroll, el autor de Alicia en el País de las Maravillas nunca utilizó su auténtico nombre pues éste fue sólo un pseudónimo para publicar su primera obra literaria "Solitude". En realidad, él se llamaba Charles Lutwidge Dodgson. Para crear el pseudónimo, tomó su nombre y primer apellido, "Charles Lutwidge", y lo transformó al latín, dando como resultado "Ludovicus Carolus". De nuevo, tomó el nombre latino y lo adaptó otra vez al inglés, dando como resultado el Lewis Carroll que todos conocemos.
El origen de su mejor obra, Alicia en el país de las maravillas, fue algo bastante espontáneo. Por aquella época, Lewis se hizo muy amigo de las tres hijas de un amigo suyo, que sacaba habitualmente a pasear. Cierto día, mientras estaban navegando por el Támesis, Lewis improvisó una historia para entretener a las niñas. A ellas les gustó tanto, que le pidieron una copia escrita para poder volverla a oír. Tras una noche de escritura continua, les regaló lo que él titularía como "Las aventuras subterráneas de Alicia". La obra tuvo tanto éxito entre los que la leyeron, que unos meses más tarde Lewis la adaptó y remodeló para publicarla oficialmente, creando el libro conocido como "Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas", su primer gran éxito comercial.
París en el siglo XX
París en el siglo XX es una novela escrita por Julio Verne que fue publicada por primera vez en francés en 1994. Es considerada como la «novela perdida» de Julio Verne, ya que fue escrita en 1863 y se mantuvo oculta durante más de ciento treinta años. El manuscrito que sirvió de base a la novela fue completado ese mismo año y después fue olvidado en una caja fuerte hasta que fue descubierto en 1989 por Jean Verne, bisnieto de Julio Verne. Las razones podemos encontrarla en la siguiente carta de Hetzel (su editor) a Verne:
Ha emprendido usted una tarea imposible y —como sus predecesores en cosas análogas— tampoco ha conseguido llevarla a buen fin. Está cien pies por debajo de Cinco semanas en Globo. Si la vuelve a leer estará de acuerdo conmigo. Es periodismo barato y sobre un tema nada afortunado.
No esperaba una cosa perfecta; le vuelvo a decir que sabía que estaba intentando algo imposible, pero esperaba algo mejor. Aquí no hay resuelta ninguna cuestión de futuro serio, ninguna crítica que no parezca una caricatura ya hecha y rehecha, y si algo me asombra es que haya podido usted hacer, como en un arrebato y empujado por algún dios, algo tan penoso, tan poco vivo...
(...) No está usted maduro para un libro así, vuelva a intentarlo dentro de veinte años.
G. W. von Leibniz
G. W. von Leibniz, uno de los filósofos y científicos ilustrados más importantes de su época concibió una “reforma” del comercio librero alemán que, a fin de cuentas, era la censura institucionalizada. Reglas y regulaciones, en lugar de intentos y errores, instrucción en lugar de inspiración debían ser, según él, los principios fundamentales de la literatura. “Nada deberá imprimirse”, decía una de las secciones, “sin previo asesoramiento acerca de que nuevo conocimiento ha aportado el autor en beneficio de la comunidad.”
El Papiro Edwin Smith
El Papiro Edwin Smith es un documento médico,data de la Dinastía XVII de Egipto, y se cree que fue escrito por escribas de la época. Contiene tratamientos para heridas de guerra y descripciones anatómicas y está expuesto en la Academia de Medicina de Nueva York. Es considerado como el primer libro médico de la historia.
El documento, un papiro de 468 cm de largo por 33 cm de ancho, datado a principios de la dinastía XVII, parece estar escrito por escribas de diferente época; es copia de textos más antiguos como lo evidencia su vocabulario y gramática arcaica.
Edwin Smith compró en 1862 los fragmentos del antiguo manuscrito, en Luxor, Egipto. Aunque él reconociera la importancia del manuscrito y procurara traducirlo, nunca publicó nada acerca de él. Murió en 1906, heredando el papiro su hija, que lo donó a la la Sociedad de Historia de Nueva York. En 1938 el papiro de Smith fue donado al Museo de Brooklyn y luego pasaría a la Academia de Medicina de Nueva York.
Emily DickinsonEmily Dickinson, cuya poesía emociona ahora a millones de personas, estuvo toda su vida dando rienda suelta a su imaginación. Pero sólo abandonó Massachusetts, su estado natal, una única ocasión, para visitar a su padre en Washington, donde era diputado. Se convirtió en una auténtica reclusa, que no permanecía en la misma habitación con sus visitas, sino que hablaba con ellos desde una habitación vecina.
Tycho Brahe El gran astrónomo danés Tycho Brahe (1546-1601), uno de los más notables, consideraba por debajo de la dignidad de un aristócrata el escribir libros y se lo pensó mucho antes de redactar su pequeño tratado titulado De nova stella, anno 1572, sobre una estrella de la constelación de Casiopea que estalló en dicha fecha.
El libro sin erratas Un impresor llamado Robert Foulis (1707-1776) trató de llevar a cabo en cierta ocasión una edición de clásicos que no tuviera ni un solo error de imprenta. Para conseguirlo, hizo revisar su libro por más de cinco correctores diferentes y exhibió ejemplares de muestra en varias universidades y bibiliotecas, retando a los lectores a que descubrieran alguna errata en ellos. Cuando por fin llegó al fin de la impresión, se descubrió que, pese a todos los esfuerzos, el libro contenía muchas erratas, algunas de ellas incluso en la primera página.